Una polea, es un dispositivo mecánico de tracción, que sirve para
transmitir una fuerza.
Además, formando conjuntos (aparejos o polipastos) sirve
para reducir la magnitud de la
fuerza necesaria para mover un peso
Fig. 18. Polea
Las poleas poseen tres partes: cuerpo, cubo y
garganta.
·
El cubo: es la parte central que
comprende el orificio por donde pasa el eje y permite aumentar el grosor de la
polea para aumentar su estabilidad sobre el eje. Suele incluir un chavetero que
facilita la unión de la polea con el eje (para que ambos giren solidarios).
·
La garganta o canal: es la
parte que entra en contacto con la cuerda o la correa y está especialmente
diseñada para conseguir el mayor agarre posible. La parte más profunda recibe
el nombre de llanta. Puede adoptar distintas formas (plana, semicircular,
triangular...) pero la más empleada hoy día es la trapezoidal.
·
El cuerpo: es el elemento que une el
cubo con la garganta. En algunos tipos
de poleas está formado por radios o aspas para reducir peso y facilitar la
ventilación de las máquinas en las que se instalan.
Fig. 19.
Partes de una polea
Básicamente la polea se utiliza para dos fines:
cambiar la dirección de una fuerza mediante cuerdas o transmitir un movimiento
giratorio de un eje a otro mediante correas.
Las poleas empleadas para tracción y elevación de
cargas tienen el perímetro acanalado en forma de semicírculo (para alojar
cuerdas), mientras que las empleadas para la transmisión de movimientos entre
ejes suelen tenerlo trapezoidal o plano. En automoción es más común emplear
correas estriadas y dentadas.
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